Preparación
Limpiar cuidadosamente los espárragos eliminando la parte más dura y cortando los tallos en pedacitos.
Dejar entera la parte superior. Enjuagar los espárragos con abundante agua fresca, escurrirlos en papel de cocina y guardarlos aparte. Cortar finamente un cuarto de cebolla blanca y ponerla en el interior de una olita que contenga una o dos cucharadas de agua. Cocinar la cebolla. Cuando el agua haya evaporado, añadir el aceite extravirgen de oliva y saltearla.
Cuando la cebolla se haya dorado, añadir los tallos de los espárragos cortados en trozos y saltearlos a fuego alto durante algunos minutos. Después de eso bajar el fuego y añadir una o dos cucharadas de agua caliente. Cocinar los tallos de los espárragos hasta que se vuelvan tiernos, luego añadir una pizca de sal. Poner todo en un plato y dejar enfriar.
Mientras tanto cortar los tomates cherry por la mitad y el queso Gorgonzola dulce en cubitos.
Cuando los espárragos estén tibios, colocarlos en un bol suficientemente grande junto a los tomates cherry y al queso Gorgonzola. A parte batir ligeramente los huevos con una pizca de sal y con la nata para cocina.
Añadir los huevos batidos a las verduras y al queso Gorgonzola y mezclar suavemente.
Finalmente añadir el queso rallado y, de ser necesario, una pizca de sal.
En una bandeja redonda de 22-24 cm de diámetro colocar papel para hornear y encima la masa brisé.
Agujerear el fondo con un tenedor y colocar en su interior el relleno
que se ha preparado anteriormente.
Cortar los bordes excedentes.
Hornear la tarta salada en un horno estático a 190º durante unos cuarenta/cuarenta y cinco minutos o hasta que se dore perfectamente. Cuando la tarta salada esté cocinada, sacarla del horno y dejarla enfriar hasta la temperatura ambiente antes de cortarla.